Conseguir un estado de relajación es importante y aunque la ansiedad no es del todo mala, estando en exceso se convierte en insana afectándonos de sobremanera en la vida cotidiana.

Es importante que cada uno de nosotros desarrolle recursos y estrategias personales con las cuales se podamos controlar las emociones y los pensamientos, y aunque tú no tengas problemas de ansiedad, debemos decir que todos nos beneficiamos con estos ejercicios.

Para realizarlos debemos de escoger un momento en el día dónde no vayamos a ser interrumpidos o nos terminemos durmiendo en el intento.

Aprender a respirar

Existen muchas maneras de respirar, pero la respiración que practicamos es social y superficial, de ese modo solo incorporamos una pequeña cantidad de oxígeno, lo cual es carencia de vitalidad y una menor resistencia, por eso una buena respiración es la base de la relajación.

Como primera norma cabe decir que nuestra respiración natural debe ser siempre por la nariz, ya que así filtramos el aire que entra y expulsamos las impurezas bloqueadas en el interior de la nariz. Y, aunque existen varios tipos adecuados, la más adecuada fisiológicamente es la completa.

Relajación progresiva de Jacobson

Este tipo de relajación tiene como propósito eliminar la tensión residual. Para eso es esencial ser conocedores de los grupos musculares que podemos relajar. Si bien esta técnica necesita de un correcto entrenamiento para ser aprendida, podemos beneficiarnos de los recursos que encontramos en la red para ponerla en práctica.

Método Silva

Hay personas que se benefician más con una relajación que los induce a visualizar imágenes relajantes.

Entrenamiento autógeno de Schultz

Este método se basa en la idea de que todos tenemos la habilidad de modificar nuestra vida al modificar nuestra actitud mental, y al basarse en la sugestión, induce sensaciones y pensamientos agradables que permiten entrar en un estado de completa relajación.

Mindfulness

Podemos entenderlo como la técnica de meditación, como un estado de conciencia que nos genera un estilo de pensamiento que se traduce en atención plena a lo que nos rodea y los acontecimientos que ocurren en el momento.